4 mar 2013

Angel

Una sensación extraña me invade. Esa sensación de que estoy viviendo en un sueño del cual no se si quiero despertar.
Me veo caminando sin rumbo por una calle, a veces solitaria y oscura, a veces con un sol radiante y llena de gente. Mi mente – como es usual– llena de pensamientos confusos queriéndose aclarar.
Avanzo sin detenerme en ningún lugar, no escucho ni veo a nadie aunque con la gente pueda tropezar.
Y desde otro plano, puedo ver esa imagen… mi imagen.
Heme ahí, un poco cabizbaja pero a la vez atenta, inmersa en mi interior, con la mirada puesta en ningún lugar, y tu… humm! Tu imagen es a veces tan clara como alguien que me acompaña intentando convencerme de algo importante. Tu mirada siempre fija en mi; tus gestos colmados de paciencia, todo tu cuerpo indicándome con firmeza eso que para mi es tan difícil de captar. Tus manos en señal de sentencia y grata satisfacción de que no todo lo que hago esta mal.
Veo tu boca moverse sin parar, y aunque trato, no te puedo escuchar; no se hasta donde esas palabras iran a parar, y mi única preocupación es quererlas recuperar.
La imagen cambia de pronto, aunque yo sigo igual, la mirada hacia el piso para no tropezar, pero con el afán de mis oídos agudizar.
Y ahora, tu que antes caminabas conmigo a la par, ahora te veo volando con tus alas de angel, solo observando mi caminar.
No dices nada, pero esa mirada me dice mas de lo que las palabras pueden expresar.

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