22 mar 2012

Apariencias


Sublime sensación invade mis sentidos apoderándose de todo mi ser, aislándome en un éxtasis de emociones incontenibles, abrumadoras, insaciables pero a la vez tiernas, ingenuas, desvalidas.
La ansiedad por liberar toda esa energía me sumerge en mi mundo lleno y a la vez vacio; inspirado y depresivo; con luces y sombras  que solo dejan ver siluetas, nada concreto pero repleto de imaginación.
Inicia la batalla entre el bien y el mal, entre lo humano e inhumano, entre lo oscuro y lo celestial.
El momento sigue su curso envolviendo el ambiente con fragancias nunca imaginadas que ni las mismas flores han podido lograr.
Un destello atraviesa la penumbra, ahora todo es luz, la excitación continua a un ritmo acelerado, solo las palpitaciones hacen eco en el entorno, la piel se eriza hasta terminar en un sutil escalofrió. 
El momento culminante que se transforma en el inicio, con todo dispuesto. Un lienzo en blanco, una gama de colores más completa que el arcoíris y al frente un paisaje asemejando un edén terrenal  y yo ataviada con todo lo necesario me dispongo a pintar. 

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