Cómo imaginar que el carmín
de mis labios terminaría esfumándose en una pila de pañuelos desechables…
Cómo imaginar que ese
carmín nunca se estamparía como tatuaje en otros labios…
Cómo imaginar que esa
mirada insinuante natural, nunca se asomaría a mis ojos…
Cómo imaginar que mis
ojos nunca tendrían el reflejo de otra mirada…
Cómo imaginar que mis
brazos nunca sentirían el calor del roce de otra piel…
Cómo imaginar que
tampoco mi piel albergaría el calor de un estremecedor abrazo…
Cómo imaginar que la
efervescencia del momento culminante se ocultaría tras la oscuridad de la noche
en una habitación solitaria…
Cómo imaginar que el corazón
estaría detenido en el tiempo por una estúpida razón…
Cómo imaginar que esa
estúpida razón nublaría la ilusión de dos mundos por igual…
Cómo imaginar que
para soñar
no hacía falta razonar.
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