La emoción de
estar viva me invade y no la puedo explicar. Siento una fuerza dentro de mí que
quiere salir y estallar. Mi cuerpo se yergue arrogante, mi cabeza se mueve para
alzar la frente con orgullo, mis manos se cierran en un puño manifestando ese poder que le da una nueva fuerza a todo mi cuerpo.
Mi pecho se llena de un aire nuevo invadiendo cada rincón de mis pulmones. Mis
pies bien plantados en el piso me sostienen con firmeza. Con todo eso
ocurriendo en mi cuerpo, mi semblante no puede menos que reflejar toda esa emoción
a través de una enorme sonrisa.
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